Causas del Miedo a Hablar en Público

Causas del Miedo a Hablar en Público

Versión en escrita, actualizada el 23 Febrero 2024.

Hice un ejercicio en el que documenté las causas del miedo a hablar en público, expuestas por los alumnos de los diferentes programas de la Academia Colombiana de Oratoria.

Si de pronto, no resuenas con ninguna de las causas que explicaré a continuación, me encantaría que me expusieras por correo electrónico cuál es tu caso, qué es lo que desencadena en ti la inseguridad… Puedes escribirme al correo: ymarin@academiacolombianadeoratoria.com

Estaré muy agradecida contigo si me escribes contándome tu caso, primero, porque me darías la oportunidad de ayudarte y, segundo, porque estaras nutriendo esta base de conocimiento… Esto significa mucho para mí, debido a que mi compromiso es de ayuda, servicio y contribución a la humanidad.

Empezaremos con las causas más frecuentes y digo más, porque son las que comúnmente escuchamos o experimentamos… De hecho, no vamos a profundizar en ellas. En la parte final del vídeo, es donde entraremos en materia con lo que verdaderamente tenemos que examinar, para poder vencer ese obstáculo de inseguridad.

CAUSA #1. Timidez e Introversión.

Las personas tímidas son aquellas que prefieren quedarse en la invisibilidad. Se les dificulta entablar conversaciones con personas extrañas y prefieren escuchar antes que hablar.

Las personas introvertidas son aquellas que disfrutan de la realización de actividades en solitario, como por ejemplo: la lectura de libros. Una persona introvertida no necesariamente es tímida.

CAUSA #2. Pánico y la Fobia Social. 

¿Cómo puedes identificar si sientes pánico?

La diferencia entre el miedo y el pánico es que cuando tú sientes miedo escénico los síntomas biológicos son, por ejemplo: el temblor en la voz, la sudoración, el sonrojamiento o se aceleran los latidos de tu corazón…

Si estás sintiendo pánico es posible que experimentes los mismos síntomas del miedo, pero con mayor intensidad, entonces, no solamente se van a acelerar los latidos del corazón, sino que vas a sufrir de taquicardia o te vas a desmayar, entonces, ahí estamos ante un caso de pánico. 

La fobia social está relacionada con esa sensación de sentirnos abrumados cuando estamos rodeados de mucha gente.

Quiero que sepas que si te sientes identificado con alguna de estas dos características, te recomiendo que lo trates con un profesional en la materia, puede ser un psicólogo, un psiquiatra o un coach profesional certificado.

CAUSA #3. Las experiencias en la niñez y en la adolescencia.

Padres o cuidadores extremadamente exigentes, perfeccionistas o autoritarios. Episodios de abandono, falta de amor, rechazo, invasión de la privacidad y falta de respeto frente a los límites. Falta de confianza para expresar nuestro sentir ante los miembros del núcleo familiar. Restricción o prohibición al entablar relaciones con personas ajenas a la familia. Burlas o comentarios destructivos frente a ciertas actitudes, opiniones, elecciones o comportamientos. Necesidad de aprobación. Esfuerzo desmedido para ganar atención o reconocimiento. Demasiado esfuerzo para ser tenido en cuenta.

Experiencias negativas en el entorno escolar. Dificultad para realizar las exposiciones conforme las instrucciones del profesor. Aún sin sentirnos preparados o cómodos y ante la presión y/o amenaza de obtener una mala calificación, llevamos a cabo la exposición, teniendo resultados no tan satisfactorios y recibiendo comentarios negativos o burlescos de los compañeros y/o el docente.

Clic aquí, si deseas saber un poco acerca de mi historia.

CAUSA #4. La influencia a nivel social, familiar, cultural, socioeconómico, educativo.

El lugar donde nacemos, las personas con las que nos relacionamos, las oportunidades que tuvimos o no, los dolores del alma… Todo tiene un impacto directo en nuestra seguridad o inseguridad.

CAUSA #5. La falta de preparación.

Decía en una clase reciente que para comunicarnos no es suficiente con saber hablar.

La comunicación asertiva, efectiva ya sea ante pocas o muchas personas, implica el dominio de diferentes aspectos. Por ejemplo: 

  • El lenguaje corporal, relacionado con los gestos, posturas y movimientos. Es importante que el lenguaje del cuerpo sea coherente con el mensaje hablado.
  • El lenguaje paraverbal, que tiene que ver con el ritmo, la vocalización, el tono de la voz, las pausas y silencios, la corrección de muletillas…
  • La presentación personal, es uno de los aspectos de la comunicación no verbal. Aquí aplica el dicho que reza: “como te ven, te tratan”.
  • Oratoria tiene que ver con la preparación de discursos: informativos, persuasivos, educativos, motivacionales, ceremoniales. Entre las técnicas de oratoria moderna se tiene en cuenta la forma de iniciar y concluir la presentación. El desarrollo del contenido de tal forma que sea de interés para la audiencia y se mantenga la atención de principio a fin. El uso de figuras retóricas. Las diferentes inflexiones en la voz, coherentes con el mensaje que se está transmitiendo, es decir, en qué momento hablar rápido, lento o en un tono alto o bajo…
  • También, es necesario aprender de técnicas del lenguaje visual, para poder diseñar unas diapositivas impactantes.
  • En cuanto al arte de hablar en público, existen técnicas específicas de dominio del escenario, entre otras, las diferentes formas de desplazamiento, el manejo de los recursos audiovisuales sin perder de vista a los asistentes, el manejo del micrófono, la corporalidad…

CAUSA #6. Falta de experiencia.

Puede ser falta de experiencia al hablar en público, por desconocimiento de las técnicas o por falta de práctica o la falta de experiencia frente al rol que estamos desempeñando.

En esta sección, vale la pena mencionar las experiencias negativas; esas que nos marcaron, el bullying y los comentarios destructivos que recibimos.

CAUSA #7. Diálogo interno negativo

Esa vocecita interna con la que nos mantenemos en contacto casi la mayor parte del tiempo, puede llegar a ser muy extremista y destructiva. Puede exagerar la interpretación de lo sucedido y generalizar. Nos puede llevar a pensamientos negativos, como, por ejemplo: yo no valgo para esto, otras personas tienen mejor desempeño o están mejor capacitadas, no tengo suficiente experiencia, los estoy aburriendo… En fin, son muchas las conversaciones que tenemos con nosotros mismos que nos desempoderan, nos desacreditan, nos minimizan. Y de la calidad de nuestros pensamientos será la calidad de nuestras emociones y de ambos: (pensamiento y emoción) dependen nuestros resultados.

Ese diálogo interno negativo podemos empezar a reemplazarlo con la técnica del pensamiento alternativo que consiste en cuestionar ese pensamiento negativo, por ejemplo: ¿de dónde viene este pensamiento?, ¿qué tan cierto es?, ¿pensar de esta forma me empodera o me limita?, ¿Hay otra forma de ver esta situación?… Y, lo reemplazamos por un pensamiento positivo.

Dichos pensamientos positivos deben conducirte a cambiar tu estado de ánimo al conectar con un mundo de posibilidades y oportunidades. Evita pensamientos de algo en lo que no crees o que aún está muy lejos de tu alcance, esto reforzaría tu pensamiento negativo. Ejemplo: si tú sabes que tu timbre de voz es estridente, lo ideal sería no mentir frente a la evidencia, pensando algo como: “tengo un timbre de voz dulce”… ¡No! Porque entonces entrarías en conflicto y tu mente podría iniciar un ciclo de pensamiento aún más negativo del que tenías antes. En cambio, podrías considerar: “tal persona tiene un tono de voz similar al mío y no está en conflicto. Al contrario, se ve muy cómoda, muy segura de sí misma y aprovechando al máximo dicha característica de su voz, para su beneficio”.

CAUSA #8. El síndrome del impostor.

Tiene que ver con que nos sentimos como un fraude, sentimos que no somos suficientes, que nos hace falta estudiar más, que no tenemos suficiente experiencia o que los logros que estamos teniendo son cuestión del azar, nunca por mérito propio. Esta es una manera muy simple de abordar el síndrome del impostor, dado que este tema tiene mucha profundidad y se puede analizar desde diferentes perspectivas.

CAUSA #9. Miedos, necesidades o vacíos, que sólo compartimos con la almohada.

  • Incomodidad cuando sentimos que somos el centro de atención.
  • Miedo a no ser escuchados.
  • Miedo a aburrir a la audiencia.
  • Necesidad de aprobación.
  • Miedo a que nuestros aportes no sean relevantes o no sean tenidos en cuenta.
  • Miedo a equivocarnos. 
  • Miedo a quedar en ridículo.
  • Miedo a fracasar.
  • Necesidad de reconocimiento.
  • Miedo a la confrontación y el debate.
  • Necesidad de ocupar posiciones o roles de mando.
  • Miedo a que formulen una pregunta y no sepamos responder.
  • Miedo al rechazo.
  • Necesidad de reconocimiento.
  • Perfeccionismo.
  • Miedo a los conflictos.
  • Procrastinación.

CAUSA #10. Miedo a las cámaras.

El miedo a las cámaras está relacionado con esa incomodidad que sentimos, porque el mensaje queda grabado tal cual: con nuestras imperfecciones, con nuestras dudas, con nuestras vocales de relleno entre frases o entre palabras… Con ese cuerpo que de pronto no aceptamos. Con esa voz que no nos gusta. Todo eso, como queda en un solo registro (el archivo del video), ¡ahí está el conflicto que tenemos! 

Por eso, para empezar a gestionar el miedo a las cámaras, es muy importante hacer un proceso de aceptación: esto es lo que soy, así me desenvuelvo y empezar a bajarle a ese conflicto que tenemos con nosotros mismos.

CAUSA #11. Estilos comodín.

Estos nueve estilos están relacionados con el Eneagrama, una herramienta muy interesante que contribuye al autoconocimiento.

Según las circunstancias, tanto nuestro interlocutor como nosotros, podríamos llegar a adoptar alguno de los siguientes estilos en las conversaciones. Esta puede ser la causa de la comunicación poco efectiva o poco asertiva. 

  1. El juez: se comunica corrigiendo, instruyendo, enseñando, sermoneando, criticando, califica, indica cómo debería ser y parece impaciente y tenso.
  2. El adulador: aconseja, atosiga, se entromete, repite, recuerda, complace, recomienda, insiste y halaga.
  3. El exitoso: aparenta, alardea, muestra, presume, vende y comercializa.
  4. El emocional: suspira, imagina, poetisa, dramatiza, expresa sus emociones, ama las conversaciones profundas.
  5. El racional: parece distante y frío, es concreto, resume, esquematiza, teoriza y no habla de sus emociones.
  6. El inseguro: duda de sí mismo, consulta, analiza múltiples opciones, cuestiona, imagina lo peor que puede pasar y cuál es la posible solución en caso de que eso ocurra.
  7. El hiperactivo: es entusiasta, alegra a los demás, exagera, divierte, es espontáneo, entretiene, hace reír, es expresivo corporalmente, no le gusta hablar de asuntos negativos o dolorosos.
  8. El general: es imponente, implacable, amenaza, intimida, dirige, manda, culpa, señala y mantiene su mirada fija.
  9. El mediador: dice que sí, aunque en realidad quiere decir que no. Tranquiliza, evita el conflicto, es inexpresivo, prefiere escuchar antes que hablar.

Para mí, esta es la parte más importante de esta base de conocimiento, esta sección podríamos nombrarla: “La razón detrás de la razón”, es decir, la causa no es lo que aparentemente creemos.

 Aquí inicia el trabajo de toma de consciencia, de autoconocimiento. Aquí es donde sucede la magia, donde podemos encontrar la causa raíz y solucionarla, para lograr resultados duraderos en el tiempo.

CAUSA #12. No encajar en el molde.

Puede ser que no encajes en el molde que ha diseñado la sociedad o en el que han diseñado tus padres o en el que ha diseñado tu jefe o tu esposo, tus hijos… 

Si intentamos encajar en el molde que otra persona ha diseñado para nosotros, pero sabemos que eso no es realmente lo que queremos y no lo comunicamos asertivamente, es posible que esto nos genere altos niveles de insatisfacción. 

En otras palabras, es lo que denomino: la infidelidad del espíritu. Piensa en ese instante cuando te dispones a descansar. Justo en el momento en el que descargas la cabeza sobre la almohada y empiezas a hacer el recuento de las actividades realizadas y otras consideranciones… Sabes que al final, no estás cumpliendo con tu deseo genuino, sino que te estás esforzando por agradar, convencer o lograr aprobación de otros, en otras palabras, estás intentando encajar en sus moldes, aunque esto cueste tu realización y felicidad.

CAUSA #13. Los “debería”

Reprimir el deseo de comunicar claramente lo que queremos o no queremos, podría intensificar nuestra inseguridad.

Según la sociedad, deberíamos:

  • Tener X o Y preferencia sexual.
  • Tener o no tener hijos.
  • Ser empleados o empresarios.
  • Estudiar o no.

Y tú, ¿Qué quieres? ¿qué crees que es lo que más te conviene? ¿cómo crees que puedes lograr tu mayor realización? ¿qué es lo verdaderamente importante para ti? ¿te hace feliz?

CAUSA #14. Identificarnos con los logros y no con nuestra esencia.

¿Cómo así que identificarnos con los logros?

A veces, nos sentimos muy apegados o muy identificados con el título profesional, con el cargo, con la empresa en donde trabajamos, con el dinero que hemos conseguido o con las posesiones materiales como: el carro, la casa, los lujos… También, se incluye en este ítem: la fama, el respeto o el reconocimiento…

Entonces, ¿qué pasa?

Cuando sufrimos una pérdida en alguno de estos aspectos, es como si nos robaran nuestra identidad y se desencadena una fuerte oleada de inseguridad.

Yo pasé por una crisis de identidad a nivel profesional cuando dejé de ejercer la ingeniería en sistemas y no sabía qué iba a hacer a continuación… 

Antes, me sentía muy cómoda y muy segura diciendo: Soy ingeniera en sistemas y trabajo en tal empresa… Pero, luego de mi renuncia, en conversaciones familiares o con amigos, cuando llegábamos al tema profesional, quería que la tierra me tragara. Empezaba a titubear, me sentía incómoda, quería explicar por qué había tomado esa decisión y argumentar por qué creía que era lo mejor para mí, mientras tanto, me encontraba con miradas de desaprobación y comentarios de crítica. 

En ese entonces, me sentía mal, cuestionaba mi decisión, se me agotaba la energía e incluso, en algunos momentos, quise retractarme de ese paso tan importante que había dado en búsqueda de algo que le diera un verdadero sentido a mi vida.

Yo sé que lo que voy a decir es relativo de acuerdo al proceso vital por el que estés pasando. Yo hablo desde mi experiencia. Nuestro poder real no proviene de lo material, ni lo externo; todo eso es efímero y cambiante. 

Nuestro verdadero poder yace en nuestro interior, en nuestra capacidad de amarnos, de valorarnos, de reconocernos, en la valentía para levantarnos después de las diferentes pruebas de la vida. Está relacionado con nuestra resiliencia y con nuestra capacidad para hacer una reingeniería de nuestra vida todas las veces que sea necesario en pro de nuestra realización, equilibrio, paz y plenitud.

En pocas palabras, es vivir muchas metamorfosis. Sepultar versiones nuestras que ya están en desuso, sin descartar su aporte para nuestra evolución. 

Es morir muchas veces, mientras vivimos fieles al propósito de explotar nuestros dones, talentos y habilidades, al tiempo que experimentamos la máxima realización, contribución y servicio. Respetando los ciclos propios de nuestra condición humana. Y, estando siempre en sintonía con un Orden Superior.

CAUSA #15. Necesidad de convencer y recibir aprobación. 

Muchas veces derrochamos nuestra energía vital explicando nuestras decisiones o intentando convencer a otras personas, para que las acepten o aprueben.

Hay que tener en cuenta que, cada quién interpreta la vida de forma distinta, igualmente válida a la nuestra. 

Más allá de pretender que todo el mundo esté de acuerdo con nuestras decisiones o con nuestra forma de exponer una idea o con los argumentos que la sustentan, la invitación es que partamos de una verdad y es que no todo el mundo estará de acuerdo con nosotros. No le vamos a gustar a todo el mundo. No le vamos a agradar a todo el mundo. Intentar satisfacer las necesidades o expectativas de todos, es un esfuerzo en vano. Lo que sí podemos hacer es tener claridad frente a los fundamentos que sostienen nuestras decisiones, opiniones, puntos de vista… 

Cada vez que lo consideremos pertinente, ahondaremos en explicaciones, sin caer en el juego de las justificaciones, sin pretender convencer u obtener aprobación. Dándole un manejo asertivo a la conversación que podría llegar a la sabia conclusión de “estar de acuerdo en que están en desacuerdo”.

CAUSA #16. Las apariencias. 

A nivel personal, sentimental, familiar, social, laboral, material. 

Relacionadas con nuestro poder adquisitivo: si tenemos o no tenemos carro, cuál referencia, qué modelo… El barrio dónde vivimos, si tenemos o no propiedades… La marca de la ropa que usamos. Los lujos que nos podemos permitir. La referencia y marca del teléfono que tenemos. Los viajes que hemos hecho y/o haremos… La empresa donde laboramos, los proyectos que concretamos, los títulos, el cargo, los idiomas que dominamos.

El dinero, la comodidad, la calidad, es algo a lo que todos deberíamos tener acceso, pero no todos están dispuestos a esforzarse para obtenerlo. 

Cuando caemos en la línea delgada de vivir de las apariencias intentando, consciente o inconscientemente competir con otros o agradar, podríamos desencadenar una confrontación interna y llegar a sentir que no somos suficientes.

La sensación de insuficiencia o de que somos o estamos defectuosos o incompletos, afecta nuestra comunicación de fondo y de forma. 

CAUSA # 17. La noche oscura del alma.

La noche oscura del alma es la materialización de un miedo muy grande que tuvimos. A pesar de que el título parece como si fuera por un lapso muy corto de tiempo, en realidad no es que sea una noche, puede ser un año o varios, puede ser un mes o varios, pueden ser un día o varios.

Te doy ejemplos de noches oscuras del alma: una quiebra financiera, un despido laboral inesperado, la pérdida de un ser querido. Las crisis existenciales: quién soy, cuál es mi propósito, para qué estoy aquí… Enfermedades graves o enfermedades terminales, propias o de los seres queridos… 

Todo esto, nos lleva a una confrontación muy profunda. Nos podríamos sentir despojados de nuestro poder personal. Podríamos experimentar episodios de depresión, de falta de  y a una noche oscura del alma ¿por qué? porque a veces eso a lo que más miedo le tenemos es donde tenemos una gran oportunidad de avance a nivel espiritual… La evolución de nuestra alma. Por eso, es que se materializan esos grandes miedos.

Así que, tú eliges si empiezas a gestionar esos miedos profundos, si los empiezas a gestionar de una forma más suave o si esperas a que llegue un golpe, como la noche oscura del alma.

CAUSA # 18. La comparación que nos lleva a la competición.

Nos comparamos físicamente: ¡ay! es que aquella persona tiene el cabello de determinada forma… o se hizo tal cirugía… o tiene la nariz de tal manera… o el diseño de sonrisa…

En fin, nos comparamos a nivel intelectual o a nivel de formación: es que aquel tiene tal maestría o tal doctorado o sabe tantos idiomas. O también, nos comparamos económicamente… Nos comparamos con las personas que han viajado o que tienen cierto poder adquisitivo o que se visten de determinada manera. En fin, aquí la lista es interminable.

Ya tú miras si te comparas y en qué aspectos te comparas.

Y esto nos lleva a competir. Cuando hablamos de competir se trata de solo dos  posibles opciones de resultado: o ganas o pierdes.

Entonces, todo esto nos desempodera, porque cuando pensamos que una persona que tiene determinada cirugía o que tiene este nivel de estudios es más que nosotros, esa persona gana y nosotros perdemos.

Y si nos sentimos como perdedores, nos ponemos en posición de desventaja, entonces, ¿cómo crees que será nuestra comunicación? ¡De perdedores!

CAUSA # 19. La falta de aceptación.

Aquí entran en juego la autoestima y el autoconcepto.

¿Qué tanto te amas? ¿Qué te dices a ti (diálogo interno)? ¿Hablas desde el empoderamiento y la valentía o desde la resignación y la victimización? ¿Honras tus procesos, tus batallas, todo lo que has logrado superar? ¿Te tratas con respeto?

Nuestro tono de voz, nuestra mirada, nuestro aspecto personal, la forma como nos expresamos, las pausas que hacemos, cómo miramos… Todo eso hace parte de un molde único o como lo llamamos en la Academia: nuestro sello único, nuestra esencia…

Fíjate nada más cuando uno está viendo una serie y de pronto le cambian el tono de voz a uno de los actores. ¿Te ha pasado alguna vez?

A mí me ha pasado ya en dos ocasiones y cuando eso ocurre, tengo que ver varios capítulos, para poderme adaptar a ese nuevo tono de voz, porque resulta que ya me había acostumbrado al tono de voz inicial.

Entonces, todo esto hace parte de nuestra esencia, de nuestro sello único y hace parte de todo ese conjunto de características con las que nos debemos familiarizar y que tenemos que amar y aceptar, para poder comunicarnos con otros de forma espontánea, siendo auténticos..

CAUSA # 19. Silencio forzoso.

A veces guardamos silencio por respeto a los mayores o a nuestros padres o a las figuras de autoridad. Pero, resulta que ese silencio no es constructivo cuando está guardando dolores del alma.

Necesitamos, entonces, entablar una conversación valiente, una conversación que permita la evolución de ambas partes, tanto de esa figura de autoridad o de esa persona mayor o de papá o de mamá, y que permita también la evolución nuestra, porque todos esos dolores que estamos transitando no son fortuitos, todo eso que criticamos, que no nos gusta, que nos causa dolor, que nos causa sufrimiento, que nos hace sentir culpables… 

Todo eso hace parte de una lección, de un aprendizaje y, si no logramos marcar esa lección como aprendida, entonces, ese aprendizaje se va a repetir. Por eso, es que a veces, vemos en nuestros jefes características de nuestros padres, porque lo que no solucionamos con nuestros padres, entonces, lo reflejan nuestros jefes a ver si por fin ahí, marcamos como aprobada esa lección. 

Aquí la invitación es a que empieces a entablar esas conversaciones valientes de forma que no vayas a herir al otro, pero también de forma que no guardes dolores del alma que te puedan perjudicar a futuro.

Hay una ley de vida que es: ama al otro como a ti mismo. Cuando tú amas al otro más que a ti mismo o cuando tú respetas al otro más que a ti mismo o cuando estás haciéndote daño a ti, por no hacer daño al otro estás violando esta ley: estás “amando o respetando” más que a ti mismo o mejor dicho, pasando por encima de ti. 

CAUSA #20. Las historias y las lealtades familiares.

En todas las familias hay secretos. Se trata de eventos que no pueden salir a la luz por múltiples motivos. La cuestión es que no solamente heredamos los rasgos físicos, también heredamos los asuntos no resueltos, o sea, los secretos. Y muchas veces, esta es la causa raíz de lo que afecta nuestra comunicación. 

Por ejemplo, los hijos no deseados o los hijos del sexo no deseado. Esto desencadena desde el vientre materno, una falta de merecimiento. Y si yo considero que no merezco, entonces, esto me afecta en la comunicación, porque no merezco ser escuchado, no merezco el tiempo de otro, no merezco la atención, no merezco ser bien remunerado.

También, tenemos dentro de las historias los abusos sexuales, los incestos, los abortos deseados o no deseados, el maltrato verbal y/o físico, las figuras de sumisión que tenemos dentro del clan, las adicciones…

Afortunadamente, estamos en una época en la que tenemos a nuestro alcance muchos recursos que nos ayudan a navegar esta vida con mayor consciencia. Para el análisis de las lealtades y patrones de repetición familiar, tenemos la terapia del árbol transgeneracional (yo soy certificada y te puedo ayudar) o también, están las constelaciones familiares (Te recomiendo la serie en Netflix: “Mi otra yo”. Y, el libro: “este dolor no es mío”).

CAUSA #21. Algún dolor, reclamo o resentimiento hacia los padres. 

Si algo quisiera que tuvieras muy presente es que hay que sanar la relación con papá y con mamá. Pero no es teóricamente. No es que digas, no Yeiny, es que yo no tengo nada que reclamarles, es que no tengo nada que decirles, es que yo ya les perdoné, es que yo ya sé que hicieron lo mejor que pudieron… Me refiero a que de todo corazón sanes esa relación con ellos, porque cuando sanes, entonces, vas a dar un salto cuántico en tu vida, no solamente en tu comunicación, en todos los aspectos de tu vida.

Por ejemplo, tenemos reclamos a los padres por las experiencias de rechazo, las necesidades que tuvimos de atención o de aprobación, por el miedo a no cumplir con las expectativas que ellos tenían de nosotros… Y todo esto, mientras no lo sanemos, tendrá efectos en nuestra comunicación.

Entonces, más adelante recibirás elementos, para que puedas iniciar o complementar esa etapa de perdón.

CAUSA #22. La vergüenza.

A veces, sentimos vergüenza por nuestro origen o por nuestra familia, padres, hijos, hermanos, esposos, abuelos… Y, también, sentimos vergüenza o nos sentimos menos: por las oportunidades que tuvimos o que no tuvimos. 

Hay personas que sienten vergüenza, porque tuvieron muchas oportunidades respecto a otras y hay otras que, al contrario, sienten vergüenza porque no tienen oportunidades o no tuvieron ciertas oportunidades. O, porque sus padres se expresan de X o Y manera, o se visten así, o no tienen cierto nivel de estudios, o no lograron ciertas cosas.

CAUSA #24. Creemos que el otro tiene algo que nosotros no tenemos. 

Esto nos lleva nuevamente a la comparación, a sentirnos menos, a veces creemos que el otro tiene un don, habilidad, talento, carisma, algo que nosotros no y esto nos lleva a una sensación de vacío, de sentirnos incompletos, de buscar siempre algo, algo que nos complete, que nos complemente o que llene ese vacío…

CAUSA #25. Aceptar una opinión de alguien como una verdad absoluta.

Generalmente, todo el tiempo estamos juzgando, interpretando, emitiendo comentarios o críticas.

A veces, aceptamos ese juicio o esa interpretación ya sea propia o expresada por otra persona, como una verdad absoluta.

Una de las premisas de la programación neurolingüística es: “el mapa no es el territorio”. Es decir, cada quien tiene una percepción acerca de un suceso y esa percepción puede ser totalmente opuesta a la de otra persona. Ambas percepciones son igualmente válidas.

¿Por qué? Porque nuestras percepciones, nuestras interpretaciones, están directamente influenciadas por todas esas vivencias en la infancia, la cultura, el lugar donde nacimos, los estudios, las historias familiares, en fin.

CAUSA #26. La falta de aceptación.

Ya lo había mencionado cuando hablé del miedo a las cámaras.

Y, es que, cuando no aceptamos nuestro cuerpo, nuestro tono de voz, nuestro estilo, nuestra mirada, nuestros ojos, cuando no nos aceptamos integralmente, esto genera conflicto. Un conflicto que nos lleva a sentirnos en desventaja respecto a los demás.

CAUSA #27. Hay batallas que no vale la pena librar o que no queremos librar. 

Aquí quiero citar el caso de una persona que vino a la Academia Colombiana de Oratoria buscando aprender a hablar ante las cámaras, porque tiene una marca personal muy bien posicionada, con muchísimos seguidores en instagram y una empresa muy sólida en el mercado, pero resulta que la empresaria nunca se ha mostrado ni en fotos, ni en vídeos. 

Entonces, ella estaba en una dualidad, porque su deseo era llevar su marca a otro nivel, conectar con sus clientes, con sus prospectos, mostrándose naturalmente. Y de otro lado, estaba el precio que hay que pagar cuando estamos expuestos en las redes sociales. Dicho precio, tiene que ver con cómo vamos a gestionar las críticas, las suposiciones, las interpretaciones, los juicios, los señalamientos, de quiénes nos observan en redes sociales, incluyendo los detractores.

Ella está siempre entre esas dos opciones: me muestro, me expongo y con interés de llevar la marca a otro nivel, pero también, ¿a qué precio? Sabiendo que está esa figura de detractor, que puede venir a cuestionar todo lo que estoy haciendo y esto me puede robar mi paz.

Pero, ¿ por qué le roba la paz? Porque en ese momento no estaba entrenada internamente, para darle manejo y aprender a gestionar toda esta presión externa.

Vimos 27 posibles causas del miedo a hablar en público.

Muchas personas se preguntan: ¿cómo superar el miedo a hablar en público? Son varios pasos. El primero, ya lo estás dando, consiste precisamente en realizar un diagnóstico personalizado en el que se detallen las causas del miedo.

Ojalá te hayas identificado con alguna de las causas expuestas y si no, me encantaría conocer cuál es tu historia específica, cuáles son esos desencadenadores o detonadores de tu inseguridad, porque como te decía al principio, esto me sirve para nutrir la base de conocimiento y reafirmar mi compromiso contigo, que es: ayudarte y acompañarte en este proceso de transformar el miedo en seguridad al hablar.

Soy Yeiny Adenis Marín Zapata, fundadora de la Academia Colombiana de Oratoria. Si deseas información de nuestros programas y servicios, nos encuentras en la página web: https://academiacolombianadeoratoria.com/ También, puedes contactarnos vía correo electrónico: info@academiacolombianadeoratoria.com ó vía whatsapp: +57 302 405 40 89

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